Voy a aprovechar esta
entrada para hablaros a parte de cosas curiosas que me han pasado o
he visto en el transporte público para hacer un poco de crítica a
éste y desahogarme, ya que me paso media vida en él y deja mucho
que desear.
Impuntualidad y
frecuencia
Dejando a parte las vagas
de autobuses, de ferrocarriles, tranvía y metro que nos joden la
existencia a los que los necesitamos para ir a trabajar y/o estudiar,
hay que hablar de la frecuencia con la que pasan y los retrasos que
tienen. Yo os voy a hablar concretamente de el autobús que va de mi
pueblo a Barcelona, él es el culpable al 99% de que me vaya a vivir
a Barcelona para no tener que cogerlo tan a menudo. Este autobús,
pasa habitualmente cada 30 minutos entre semana, los fines de semana
ya es otra historia, el problema es que puede llegar a pasar
tranquilamente con 15 minutos de retraso y que si tu calculabas
llegar a Barcelona con un margen de tiempo para combinar con otro
transporte ya sea metro o otro bus y tienes que esperar el otro, el
trayecto y demás, vas seguro y ¿Qué pasa? Que llegas 15minutos más
tarde, el margen de tiempo se va a la mierda y te toca correr e ir
agobiado. No es que yo viva en Narnia, que de mi pueblo a Barcelona
en bus solo hay 20-30 minutos, dependiendo del tráfico y los
posibles accidentes, si al retraso de 15 minutos le sumas una
caravana, despídete de ser puntual. ¿Qué hacemos los que sabemos
esto y cogemos habitualmente el bus? Coger el anterior al que
necesitas, esto provoca que si quedas con tus amigos y el bus va
medianamente bien pierdes media hora de tu vida esperándoles muerto
del asco, o eso o llegas estrepitosamente tarde seguro.
Por no hablar de que a
las 22.30h acaba tanto el tren que llega a mi pueblo como el bus y me
quedo mas tirada que una colilla en Barcelona, esperando al primer
autobús nocturno que pasa a la 1.15h y que no llega a mi pueblo
mínimo hasta las 2.30h (1.15h) recordemos que he dicho que el
autobús diurno tarda máximo 30minnutos en llegar. Así que olvídate
de irte a dormir pronto, como tengas una cena en Barcelona, la has
cagado. Si además decides ir a tomar algo o en mi caso que voy a
menudo a la tele y igual salgo a las 00.30h y no llego al centro de
BCN porque el plató está en otro pueblo, me toca esperarme nada más
y nada menos que a las 4.07h que es el segundo y último autobús
nocturno, o eso o mendigar y quedarte en casa de algún amigo a
dormir, conozco más camas de Barcelona ya... gracias queridos amigos
por acogerme.
Historias
Ahora
si, vamos a las historias, como habréis comprobado me paso media
vida en el transporte público, de hecho ahora mismo estoy en el bus,
así que he visto muchas cosas curiosas y me ha pasado de todo, hay
épocas en que casi vivo en él. Antes me maquillaba en el bus y al
llegar al metro sacaba el tupper y a comer se ha dicho.
La
primera historia pasó hace varios años, iba yo en el tren, de
camino a Barcelona, no es tan frecuente que lo coja porque lo odio
más que al bus, si cabe, está mucho más lejos de m casa, tarda 50
minutos en llegar a Barcelona y hay franjas horarias en las que sólo
pasa un tren por hora. Iba yo con una amiga hablando de nuestras
cosas, creo recordar que hablábamos de su novio o del mío o
posiblemente del de otra amiga y la historia era muy interesante por
lo visto, ya que los que estaban sentados al lado no disimularon su
interés por ella y se pusieron a escuchar sin más, nosotras que nos
dimos cuenta, empezamos a exagerar e inventarnos cosas sobre a
relación y ellos no podían disimular su gran sorpresa en el giro de
la historia, de hecho cuando nos bajamos se quedaron un poco “chof”
sin saber como acababa aquella historia de telenovela.
La
segunda, se parece un poco a la primera y es que veníamos de un fin
de semana de desenfreno con mis amigos en una casa solos, alcohol...
podéis imaginarlo, y la señora de al lado empezó a prestar mucha
atención a nuestras anécdotas así que empezamos a decir “mira!!”
y señalar fuera de la ventana mientras el resto decía “walaa
siiii es verdaad!” o cosas pro el estilo y la señora loca mirando
a todos no conseguía ver nada.
La
tercera historia es un poco escalofriante y reciente, a finales del
año pasado iba yo en la Renfe tranquilamente cuando un señor de
edad avanzada se sentó en los asientos del lado de los míos y
empezó a hablarme, yo al principio no le hacía mucho caso pero él
insistía que si cómo te llamas (creo que no logró entender mi
nombre, para su edad es difícil asumir que alguien se llame Purpu
porque no lo ha oído antes y no podía recuperar la información”.
No paraba de interesarse en que estaba haciendo, que escribía
(estaba preparando un juego para fin de año), que se lo leyera,
después se sentó delante de mi y me dijo “no te importa, no?”
que le voy a decir si el tren es de todos... entonces empezó a
piropearme, que si que ojos más bonitos, menuda mirada... (egsss
poto!!!) y me dijo “que no te voy a hacer nada... si tu no quieres" (¿¿PERDONAAAAA??) y también me dijo "si tuviese 20 años menos..." y yo pensé "seguirías siendo un viejo para mi", lo peor de todo fue que me dijo “mírame un
momento, tu no te acuerdas pero nos conocemos, nos hemos visto antes”
(PUTO LOCO) lo peor de todo es que por un momento sentí un
escalofrío y mi mente buscaba desesperadamente un recuerdo de ese
hombre, incluso llegué a pensar que podía conocerlo de “otra
vida” por como lo insinuó. Muy mal rollito! La sensación fue
parecida a cuando crees que tienes el móvil en el bolsillo y cuando
tocas no está allí y tienes un mini ataque al corazón.
Otra
historia, esta muy guay, no va a ser todo malo, viniendo de Port
Aventura, iba yo sola en el tren y se subieron un grupo de jóvenes y
al parecer eran aprendices de mago y uno quiso mostrarnos a mi y a la
chica que tenía al lado, sus dotes y era todo un experto. Manejaba
las cartas FLIPANTE, adivinó la carta que había pensado, cogí una
de la baraja , nos dio a la chica y a mi otra, la pusimos bocabajo y
cuando le dimos la vuelta era la que había cogido, hacía
desaparecer una carta tirándola para arriba y chasqueando los dedos
reaparecía, fue muy guay, por mucho que me fijase no era capaz de
ver ningún truco y eso que sé bastante de truquillos y donde tengo
que mirar ya que mi compi de habitación del año pasado era también
aprendiz de mago y practicaba conmigo.
Esta
no me pasó a mi, pero fui testigo de ello, el día 30 cogí el bus
para ir a Madrid a pasar el fin de año y delante tenía una pareja
sentada y al poco vino una mujer reclamándoles su sitio y es que la
pareja había ido el día antes a las 23h a comprar los billetes para
el día siguiente, el 30 a las 23.30h y les vendieron billetes para
el 29, o sea que habían perdido los billetes y no podían viajar ese
día a Madrid, además no tenían donde quedarse en Barcelona e iban
cargados con las maletas. Todo por un error de la vendedora, al final
creo que les consiguieron hueco en otro bus, ya que iban 3 esa noche
para Madrid a esa hora.
La última historia es
una historia corta pero intensa, es una historia de pseudoamor,
estaba yo al final del bus, como de costumbre y creo que era fin de
semana, lo bueno es que hay menos gente, lo malo, es que algunos dan
más vuelta y tardan casi 1h. Pues allí al final del autobús, en el
asiento de detrás del mío estaba él, el chico con el que la
mayoría de chicas soñamos, el típico chico guapete, rebelde pero
que al final es dulce, lo que vendría a ser “Hache” en “Tres
Metros Sobre el Cielo”. Yo, que tonta no soy, llamé su atención
haciendo sonar mi móvil con una frase de Berto que la tenía para
los SMS (si, en aquella época no había whatsapp) y él lo escuchó
y me preguntó y empezamos a hablar, me explicó su historia y
FLIPAD, había estado en un centro de menores, por tema de familia
desestructurada, había hecho pequeños hurtos para sobrevivir y no
lo había pasado muy bien, el chico necesitaba cariño y que le
cuidasen, eso nos ablanda el corazón a todas, me estuvo tirando la
caña y quería que nos enrrollásemos pero a parte que ya llegaba a
mi pueblo, yo antes era un poco más mojigata, lo que hicimos fue
intercambiar los móviles, nos enviamos un par de SMS (es que sin
whatsapp no es lo mismo) y yo desperté de la fantasía que me había
montado, vi que no me convenía y lo deje estar.
Así a modo de “anécdota” cuando salgo de Barcelona o viene alguien de fuera siempre me dicen que camino muy rápido y es que la mayoría de Barceloneses vamos siempre con prisas por costumbre, vemos a la gente que corre de un lado a otro por que llegan tarde a trabajar o a estudiar y el resto aun que no tengamos prisa les imitamos. De hecho, cuando llegamos al metro y quedan 3 minutos para que venga empezamos a refunfuñar porque estamos acostumbrados a esperar menos de 2 minutos, ya no voy a hablar de cuando el metro empieza a tardar hasta 10minutos por la noche. Yo soy la primera que me quejo si tengo que esperar mucho rato el metro, a pesar de que mi bus pase cada 30 minutos.
Y hasta aquí mi
despotricación de hoy, dame tu opinión, comparte y si tu también
tienes alguna historia en el transporte público, ¡Explícamela!
Besitos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario