En
el puente de mayo he estado en Madrid y lo he aprovechado super bien,
uno de los sitios a los que me apetecía ir un montón era al
Restaurante de Chicote, no sólo por que es de él, que también,
sino porque sé que tiene un estilo oriental y es mi tipo de comida
favorita, esos sabores me encantan.
Está
muy bien situado, muy cerquita del centro, a una calle paralela de
Gran Vía, tienen hasta el mínimo detalle controlado, es un ambiente
super agradable, un restaurante con un toque diferente. Te atienden
muy bien, rápido, son amables y te hacen la estancia muy cómoda.
Reservé mesa 1 mes antes, pero si se va entre semana seguramente hay
sitio sin problema o podéis mirarlo el día antes y reservar. Todo
lo que Alberto exige a los restaurantes a los que va a ayudar en
pesadilla en la cocina, él lo tiene en el suyo, predica con el
ejemplo. Por ejemplo la pared de la cocina es de cristal para que
veas como preparan la comida y en medio del restaurante también hay
una barra con cocineros preparando los pinchos y se ve todo muy
higiénico y da mucha confianza.
Una
de las cosas que más me sorprendió es que al lado de la mesa hay
como un banquito con una tapa, lo abres y puedes dejar ahí
chaquetas, bolsos... y te olvidas. Muy practico, la verdad. También
me gustó mucho el detalle que en medio de la mesa hay un hueco con
hielo para poder meter la botella de la bebida y que se mantenga
fría.
La
carta es variada, con platos diferentes y la relación calidad –
precio es muy buena. Hay diferentes ensaladas, nosotros cogimos una
que llevaba “lechuga, cebolla con salsa de sésamo, vinagre de
arroz y mirim. La salsa sabía a la de los calçots pero más suave.
Después
están los Yakibokatas, con un pan acabado de cocer al vapor de
foie-gras caramelizado a la plancha y puerros, delicioso, orgásmico,
un festival de sabores en mi boca, es lo que más me gusto y cuando
vuelva, porque volveré, repetiré mi elección.
También
tienen como base del menú una selección de pinchos, que es lo
típico ya que yakitoro significa pincho. Yo escogí un pincho de
Setas Shitakes frescas, con salsa de ajo cocido y virutas de bonito
seco ahumado. Estaba riquísimo no, lo siguiente, y como veis, con un
sabor bastante oriental.
Los
platos los acompañamos de la cerveza de la casa, la Yakitoro, muy
rica también, la verdad.
Y
para rematar si no había tenido suficiente placer en la boca,
llegaban los postres y yo pedí uno de esos que te comes lentamente,
saboreando cada cucharada y cerrando los ojos porque te entran hasta
escalofríos de lo que te provoca, era un lingote de chocolate blanco
con mango y helado de miel.
Al
salir me hice una fotito de recuerdo con él cartel de la entrada,
tengo cara de “venga va, haz la foto ya” pero es que era la 5ª,
no exagero, mi madre tenía la obsesión de que saliera yo entera así
que no salía el cartel entero. ( ¬¬' )
Aprovecho
para compartir con vosotros lo que me apasiona Alberto Chicote, a mi
me sonaba pero no me había parado a ver ningún programa suyo hasta
que un día haciendo zaping pillé pesadilla en la cocina y me quede
completamente absorta viendo a Chicote, me atrapa y no puedo dejar de
verlo, me parece un hombre con mucho carácter pero con un gran
corazón, que tiene las cosas claras y sabe mucho de lo suyo. Así
que después de ese día me puse a ver todos los programas de
“Pesadilla en la cocina” emitidos hasta el momento.
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