Hace meses que no escribo en este blog por dos motivos, uno por falta
de tiempo y dos por que no tengo nada que me remueva ni de que
desahogarme y me duele, no sabéis como me duele que el motivo de mi
vuelta sea este.
Yo no veo nunca las noticias, no me gusta ver las desgracias que
hay en el mundo, para que llenarme de dolor y meter en mi mente las
imágenes de tanto dolor, es fácil mirar hacia otro lado cuando esas
desgracias pasan al otro lado del mundo, pero cunado eso te toca de
cerca, cuando es tu ciudad la que sufre esa catástrofe… No tengo
palabras para expresar lo que se siente cuando te toca ta de cerca, cuando es tu ciudad, tu gente, las
calles por las que has pasado mil veces, cuando atentan contra tu
hogar en el que ya no te sientes seguro por unos instantes...
He ido hoy a pasear de nuevo por Las Rambls de mi querida
Barcelona, donde no hace ni una semana sucedió la gran tragedia, a
poner una vela e iluminar un poco más el colorido mural de Joan Miró
dónde se ha levantado un gran altar lleno de color y amor, no es
miedo lo que se siente al pasear por allí, es una extraña
sensación, una mezclada de dolor y fuerza, lleno de energia! Un nudo
en la garganta, lagrimas que se amontonan por salir... Sigo enamorada
y más orgullosa aún si cabe de mi ciudad y su gente, y la gente que
la visita y la quiere como suya.
El primer día lo seguí de cerca, con el móvil ardiendo de
llamadas y whatsapps preguntando cómo estaba, con grupos en que
todos mis amigos decían que estaban fuera de peligro, links de
noticias, audios, vídeos, fotos… tensión, enganchada a las
noticias para saber hasta el último detalle, para estar al minuto
informada, lo seguí bien de cerca con miedo, no voy a negarlo, con
dolor y tristeza, pero en shock, como si no fuese real, a ratos como
si estuviese viendo una película y no me tocara tan de cerca…
Pero pasado el shock, el segundo día a cada imágen, mucho menos
impactantes que las del primer día, viendo la concentración en
plaza Cataluña, los aplausos, los gritos de “No Tinc Por”, las
imágenes de la gente refugiándose en una heladería… cualquier
cosa me hacía llorar, ya asumiendo lo ocurrido pase un día
enganchada al pc y al móvil siguiendo todas las redes sociales,
todas las noticias en las webs de TV, Twitter, mossos… muy duro, me
dolían los ojos de tanta pantalla y de tanto llorar, agotamiento
mental… pero no podía descansar y dejar de informarme.
Necesitaba desahogarme, pero también necesitaba dejar un poco de
tiempo porque no ha sido sencillo asimilar todo esto, y qué mejor
que hoy que he estado en la zona cero de lo ocurrido para poder
expresar lo que he sentido.